viernes, 21 de diciembre de 2012

EL POTE DE CASTAÑAS MAYUCAS DE GÜELITA TATÁ


Durante un tiempo publiqué cuentos-receta en Mdmujer, pero la forma de publicar ha cambiado y  se tiene que hacer a través de Wordpress, cosa, que a mí con mis poquitos conocimientos de informática me resulta
totalmente imposible. Les doy las gracias por lo amables y cariñosos que han sido conmigo pero a partir de ahora publicare aquí mis cuentos receta. 

EL POTE DE CASTAÑAS MAYUCAS, DE GÜELITA TATÁ.

La niña estaba con sus padres y dos de sus hermanos en el campo, mientras ellos trabajaban la tierra ella jugaba. Le encantaban las flores (pasados los años prepararía los ramos como nadie) en un momento dado apareció una mariposa tan bonita que no pudo resistir la tentación, y salió detrás de ella sin que su familia se diera cuenta.
 La niña corría y saltaba tratando de alcanzarla, alejándose cada vez más. Cuando por fin vio que no podía, quiso desandar el camino, pero el tiempo había cambiado y la niebla lo cubría todo. Entonces supo que se había perdido y lloró, gritó, llamó a sus padres y hermanos desesperadamente pero nadie la oía. Así llegó un momento en el que estaba tan cansada que se durmió debajo de un árbol.









Pasó allí toda la noche y a la mañana siguiente, cuando despertó y miró a su alrededor, vio que donde estaba -un sitio maravilloso al lado de un lago- había un montón de mariposas tan bonitas como la que había visto el día anterior. Al fijarse bien, comprobó que no eran mariposas sino que eran pequeñas Xanas que, al ver que la niña se había despertado, vinieron todas volando a su lado a preguntarle:
¿Quién eres? ¿Cómo te llamas? ¿Cómo has llegado hasta aquí? ¿Cuántos años tienes?
La pobre niña se puso a llorar, pues ella no sabía que las Xanas pudieran existir; siempre le contaban cuentos que trataban de ellas pero no se imaginaba que fueran reales.

 Las Xanas se dieron cuenta de que la estaban asustando.

 La calmaron dándole a beber un vasito de sidra dulce deliciosa que hizo que la niña se tranquilizara; les contara lo que le había pasado y lo preocupada que estaba  por su familia, pues seguro que la estarían buscando; que ella tenía siete años, que se llamaba Adela y que estaba hambrienta.

Las Xanas se miraron las unas a las otras y dijeron:
       ¡Traedle pote de castañas! Ellas lo habían cocinado ese mismo día con las castañas que recogieron el  año anterior, pues a todas les gustaba muchísimo.


Y así lo hicieron, le trajeron un plato de pote de castañas tan rico, que la niña lo comió encantada sin dejar ni una miguita.
 Pero al momento volvió a ponerse triste recordando a su familia. 
 Las Xanas, le dijeron que la ayudarían a encontrarla, entonces ella se puso muy alegre pues añoraba a sus padres y hermanos. La volvieron a dormir para que no recordara  el camino.
 La llevaron hasta el  sendero que daba a su casa; dándole muchos besitos, la dejaron despertando y ellas se escondieron en las hojas de los árboles.





   Hasta que no vieron a los padres salir corriendo, al oír los gritos de Adela que los llamaba, no se fueron.

 La alegría en casa de Adela era increíble, pues ya estaban desesperados y no sabían que más hacer para encontrarla. Tenían montones de preguntas que hacerle pero ella no recordaba nada, solamente decía que las mariposas le habían dado de beber sidra dulce y de comer pote de castañas. Los padres pensaron que la pobrecita lo había soñado y, como eran tan felices, no quisieron quitarle la ilusión.
Cuando Adela se hizo mayor, cocinaba el pote de castañas como nadie, y a mí, su nieta, me lo dio a comer muchas veces. Ahora yo también lo hago (no tan bueno como el suyo) y el recuerdo del pote de castañas de Güelita-Tata es de los más  dulces recuerdos que yo tengo.

                                                 Aquí os dejo su receta:
                            1/2 kg de castañas mayucas (pilongas)
                            1 cebolla picadita
                            2 patatas troceadas    1/2 cucharadita de pimentón, si gusta se puede poner picante.

    2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
    1/2 hoja de laurel, agua y sal.
ELABORACIÓN:
Poner las castañas a remojo en agua fría unas horas antes.
Calentar el aceite y sofreír la cebolla dándole unas vueltas. Añadir el pimentón y dar unas vueltas más. Echar las patatas, el laurel, la sal, el agua y por último las castañas escurridas del remojo. A partir de aquí dejar de remover para que las castañas se rompan lo menos posible. Cuando las castañas estén blanditas ya estará el pote. Dejadlo reposar unos minutos y listo.
Se puede hacer con castañas frescas, pero el pelar las dos pieles da su trabajito. Yo lo he probado y están  muy ricas también.
No debemos dejar en el olvido estas comidas sencillas y deliciosas.

La Güelita Tata siempre me contaba cuentos por la noche, pues dormíamos juntas mientras fui pequeña. Este que hoy os cuento, es en su honor. Espero que os guste, tanto como la receta. 


7 comentarios:

  1. Me encanta el cuento receta, ¡qué original!

    Me alegro de que ahora los publiques en tu blog, así podré leer más.

    ¡Un abrazo!

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  2. Por cierto, yo conozco como castañas pilongas a las que venden en los frutos secos que son duras como piedras (pese a eso me encantan). ¿Se trata de esas?

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  3. Si, Cristina son esas.Si quieres comprarlas vete a un sitio de confianza pues de una temporada para otra se ponen rancias y amargan. En Corty de Sanchinarro las suele haber. ¡¡Gracias por leerlo!!
    ¡¡Vaya sobrino que tienes!! Es precioso!!
    ¡¡FELIZ NAVIDAD!!
    Un besín

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  4. Ay pero que cosas tan lindas cuentas LOLA... me ha encantado y el pote también, de las PINTURAS ya ni que decir que la primera tiene un colorido que me encanta, y las segunda más austera también está muy lograda.
    GRACIAS AMIGA por tu SENSIBILIDAD y tu capacidad de DAR
    UN BESO :)
    (por cierto entra en el blog de Milena, lo encontrarás en los comentarios de hoy en mi blog, tiene un cuento que creo que te gustará)

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  5. Me ha encantado el cuento Lola, y la receta!
    Por cierto, no sabía que las castañas pilongas se comiesen, pensaba que sólo se podían comer las que tienen un pico abajo, y no las redondeadas.
    Encantada de conocerte -gracias Conxita-, también te sigo y voy a dar una vuelta para descubrir más por aquí.
    Un abrazo y feliz Navidad!

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  6. Muy bonito!!! El pote ya lo he anotado. Lo haré seguro. Besitos.

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